lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 8 - Ana

-¡¿Que has hecho qué?! – me quedo con la boca abierta aún con el teléfono en una mano y la bolsa de macarrones en la otra.
-No sabía que decirle – consigue responder Estefi entre sollozos – En ese momento me he dado cuenta de que no estaba preparada, así que le he dicho que no.
-Pero si esta mañana parecías segura, ¿por qué ahora no…?
-Pues porque tu estúpido ex ha mencionado a Juan y algo sobre que va a volver. Eso me ha llenado de dudas Ana.
-¿Y por qué no le has pedido un tiempo?
-¡¿QUÉ?! – Estefi parece escandalizada por mi proposición y me tengo que alejar el teléfono del oído para que no me deje sorda – Ana, eso fue lo que me dijo Juan antes de dejarme. ¡No podría pedirle tiempo a nadie! Y menos a Álex.
-Estefi, si se lo explicaras creo que lo comprendería.
-No. Tú no has visto su cara, verlo así me ha... roto...
Pero Estefi no puede terminar su frase. Comienza a llorar con fuerza.
-No, Estefi yo... No llores... Verás como... Para, por favor – entre sollozo y sollozo intento tranquilizarla, pero es imposible.
Entonces un timbrazo en el móvil hace que me sobresalte.
-Estefi espera, tengo otra llamada.
Pulso el botón para hablar con la otra persona y noto como se me cae el mundo sobre la cabeza.
-Hola, Álex – contesto, dudando.
-Si no estabas segura, ¿por qué me dijiste que se lo dijera? ¿Y cómo sabías lo que siento por ella?
-Lo segundo, se te notaba. Lo primero, - suspiro sin saber que decirle ahora al chico ya que, en parte, es mi culpa – lo siento, Álex. Anoche y esta mañana parecía convencida de que sentía algo por ti pero... Lo siento tantísimo, Álex.
-¿Que estaba segura? Pues no lo parecía cuando me ha dicho que lo sentía y que aún no estaba preparada.
-Lo sé, Álex. Todo ha sido por culpa de Adrián. Cuando ha dicho que Juan iba a volver... Bueno, Estefi no sabe que pensar de eso.
-Pues si aún siente algo por Juan no podría estar tan segura de que siente algo por mí hace menos de...
-¡Para de una vez, Álex! ¡Si quieres saberlo todo con detalles llámala a ella, no a mí!
-¿Ana? ¿Qué hablas? - me quedo petrificada - ¿Estás hablando con Álex? ¿Qué dice?
-Odio mi móvil - digo dejándome resbalar por la pared – Llámalo, por favor. A mí me está poniendo de los nervios.
Me separo el móvil de la oreja y cuelgo ambas conversaciones, de Álex ni me despido. Mi móvil me la ha vuelto a jugar, otra vez. Ya es la segunda en esta semana que mezclo más de una conversación. Definitivamente, tengo que comprarme otro rápido.

Miro el reloj del móvil, son las seis de la tarde. Por otro lado, le dedico una rápida mirada a la bolsa de macarrones que tengo preparada en la mano. He perdido el apetito. Me levanto y recojo la cocina sin terminar de cocinar. Después garabateo una nota a mis padres en la que les digo que ni se les pase por la cabeza despertarme y me subo a mi habitación a dormir lo que queda de este desastroso domingo de octubre.

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