domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 41 - Josh

-No querrá verme.
-Me da igual lo que digas.
-Claudia, me odia.
-Vas a subir, repito. Es solo una chica de 17 años, no es normal que ambos le tengamos tanto miedo.
No tiene sentido seguir discutiendo, así que subimos al ascensor y esperamos a que éste llegue a la sexta planta. Cuando las dobles puertas de hierro se abren, vemos que la de madera que hay a nuestra izquierda está entreabierta. Nos acercamos con sigilo, como si temiéramos que saliese un perro rabioso del otro lado, algo que es probable que suceda. Pero no ocurre eso, al menos en un principio. Justo cuando llegamos a la puerta, una voz desde dentro nos hace sobresaltarnos.
-¿Vais a entrar de una vez?
Así que entramos. Claudia, quien no ha soltado mi mano aún, me guía hasta el salón, donde Ana está sentada en uno de los sillones. Claudia se detiene de golpe y la observa con cuidado. Ahora es uno de esos momentos en los que resulta fácil diferenciarlas. La mirada de Ana se detiene por un momento en nuestras manos. Estoy a punto de soltarme, pero no lo hago porque la fuerza de la mano de Claudia aumenta sorprendentemente.
-Está bien - comienza Ana - Voy a hacer el mayor esfuerzo de mi vida por no ponerme a gritar. - Cierra los ojos y pega la espalda al respaldo del sillón - Empecemos por ti - dice señalando a su hermana - ¿Has venido a algo importante aparte de a restregarme que eres actriz y que te vas a Nueva York? ¿Tal vez a hacer que me pelee con mi novio al hacerle creer que yo, es decir tú, estoy saliendo con... Él?
Y entonces me mira. Unos ojos llenos de dolor, de rabia... Y de cierta diversión.
-¿Novio? - Pregunto.
Suspira y baja la mirada.
-No te interesa, Josh - susurra lo suficientemente alto para que la oiga.
-Yo no quería causar problemas Ana... - Empieza Claudia, pero Ana levanta una mano para interrumpirla y vuelve a hablar.
-Cuando él llegó - añade señalándome, aunque esta vez no me mira - No le dijiste que no eras yo hasta que no aparecí. ¡No eres yo, Claudia! Así que deja de fingir, ¿de acuerdo? Tú no vives aquí, mis amigos no son tus amigos, tú no eres yo. Así que haz el favor de no esperar hasta el último segundo para revelar quién eres. Y ahora - añade, volviendo a clavar su mirada en mis ojos - déjame a solas para que hable con Josh.
Y así lo hace Claudia. Suelta mi mano y se marcha del salón cerrando la puerta con cautela.
Ana se levanta del sillón y comienza a pasear por la estancia, pasando su mirada de mis ojos al suelo y sin dejar de jugar retorcerse los dedos de las manos detrás de la espalda.
-¡Ay Josh! - Suspira justo cuando empezaba a preguntarme cuanto duraría el eterno silencio. - ¿Por qué lo haces todo tan difícil?
Entonces la veo, justo cuando levanta la cabeza, la sonrisa.
-¿Sonríes? - Pregunto.
-He estado meses haciéndome preguntas. ¿Por qué no me habías llamado? ¿Qué había significado para ti? ¿Qué sentías por Vanessa? ¿Me habías olvidado ya? Comenzaba a recuperarme, a creer que tal vez mi mente había exagerado las cosas... cuando has aparecido aquí. - Deja de hablar unos segundos antes de sentarse en el brazo del sofá y hacer la última pregunta. - ¿Qué haces aquí?
-Yo... – De repente no tengo palabras. La he herido. Y jamás me lo perdonaré - Lo siento.
-No puedo enfadarme contigo, Josh.
-Creí que sentía algo por ti, y estoy confundido aún. Ayer empecé a acordarme de ti y me di cuenta de que me importabas, y de que estaba preocupado. Así que busqué un avión y vine enseguida. Y aquí estoy de nuevo. No sé qué hago, Ana. Solo sé que necesitaba saber si estabas bien.
-Lo estoy. - Me interrumpe, y abro mucho los ojos, perplejo. - Y yo tampoco sé qué sentía y qué siento. Lo que sí sé es que no puedo odiar a alguien que me importa tanto. Soy Hutcher, Josh. A pesar de todo sigo siendo una persona que sonríe cuando tú sonríes, que te adora por cómo eres, por lo que haces. Así que después de estar toda la tarde pensando me he dado cuenta de que no quiero esto. No quiero estar pendiente de ti para romperme el corazón, sino para alegrarme, como hace un año. Si fuera otra persona la que está haciendo lo que estoy haciendo yo, la odiaría. Intenté odiarte, Josh, y no puedo; solo puedo recordar como eras para mí antes de aquel mensaje. Y quiero que todo vuelva a ser así. Seamos sólo amigos y seré la persona más feliz del mundo.
Me acerco poco a poco a ella, la cojo de la mano y la obligo a levantarse.
-Es lo menos que puedo darte.

Y la abrazo.

2 comentarios:

  1. Awwwww ke hermosoo jaja
    muy buen cap
    escribes genial

    ResponderEliminar
  2. SOLO AMIGOS?
    NO NO NO NO CON JOSH ES IMPOSIBLE
    ME RENDIRIA EN EL 1º MOMENTO. POR EL ANGEL<!

    ResponderEliminar